Y como en una película de ficción hollywoodense nos llegó este virus (COVID 19) arrastrándonos, como en un guion de Spielberg a guardarnos en nuestras casas, a escuchar la radio o ver la TV o leer por internet de “lo peligroso del virus, los contagios, y todo lo que ya sabemos…”.
La cuarentena obligatoria nos llevó a permanecer muchos días en nuestras casas. (Y aún en Mayo 2020 seguimos casi igual).
Y otra vez, pensaba, la música volvió a aparecer, como una especie de “ente salvador”, y creo no estar exagerando con la definición.
Miles de personas se volcaron a hacer cosas que nunca hacían, leer libros, ver más películas, tratar de convivir 100% del día con su familia, evitando roces y fastidios, los chicos que se aburren, que no saben dónde descargar tanta energía. Sin poder salir, sin poder ver el sol…
Pensaba eso, que en esta película real la música volvió a darnos una mano. No sé si a todas las personas, pero estoy seguro que a muchas de nosotros.
Ver en las ciudades a la gente salir a sus balcones, y poner la música a alto volumen para compartir de alguna manera con sus vecinos, para sentir que dentro de lo malo, siempre existe algo bueno.
Ver a muchísimos artistas “aprovechar” este momento para mostrarse, cada uno en su arte musical en los balcones. Fue así que pude ver por las redes a guitarristas haciendo un popurrí de sus canciones favoritas para los vecinos, a cantantes que, ayudándose con un karaoke, interpretaron las canciones populares de diversos géneros y también recibiendo un cálido aplauso ciudadano de los oyentes. Cada uno con sus posibilidades, cada uno con sus limitaciones y defectos pero todos con el mismo objetivo…poder comunicarse.
De esto saco varias re-valorizaciones…
La más importante, para mí, es el valor de la libertad, el precio invalorable que tiene el sentirse libre de poder andar por donde uno quiera, a la hora que quiera, sin tener que pedirle permiso a nadie para hacerlo…
La solidaridad: al encontrarnos en situaciones en donde el otro vale igual que yo e importa tanto como yo, porque es recíproco…. cosa que debería ser así en una vida sin pandemia.
También aparecieron las miserias humanas donde comerciantes aumentaban sus precios aprovechando la situación de emergencia, o los vecinos de un médico, en un departamento dejaban cartas anónimas pidiéndole que se vaya a vivir a otro lado, por miedo a ser contagiados.
Pero también apareció el heroísmo, de tantos médicos, enfermeros y ciudadanos que no pudieron elegir y tuvieron que seguir en sus puestos de trabajo, asistiendo a los ciudadanos y poniéndose en riesgo permanente.
Y me dirán: ¿que tiene que ver todo esto con lo estrictamente musical?”, creo que es indivisible, es un todo.
Una sociedad se refleja en sus actos, en sus valoraciones, en la toma de decisiones.
La música también estuvo, como ya dijimos, como elemento sanador, como elemento de conexión y dentro o fuera de una pandemia siempre estará ayudándonos a sanar, a pasar los momentos buenos y malos.
¿Como seguirá todo esto? No lo sé… ¿como terminará? Tampoco lo sé..
De lo que estoy seguro es que la música nunca nos defraudará.
Cuídense y les mando un gran abrazo a todos.
Marcelo Yakko (Mayo 2020) para LA WEB CULTURAL – Villa Gesell- Bs As- Argentina.